domingo, 22 de janeiro de 2017

Data de lançamento de “Do Papa Herético e outros opúsculos”, de Carlos Nougué


Carlos Nougué 

Meu Do Papa Herético e outros opúsculos sairá pelas Edições Santo Tomás, terá cerca de 500 páginas (suprimiram-se alguns opúsculos previstos, em prol da viabilidade), formato 14 x 21 cm, miolo costurado e em papel Polen, capa com laminação fosca, e tem lançamento previsto para 10 de abril próximo. Devido ao alto custo da produção, será impresso por encomenda, e por isso de meados de fevereiro a meados de março se dará sua pré-venda (junto com uma série de outras promoções). Quantos se venderem, tantos se imprimirão. Passado este primeiro momento, o mesmo esquema de pré-venda do livro voltará a fazer-se regularmente.  

Observação 1. Publicado Do Papa Herético e outros opúsculos, será a vez, então, dos também meus Da Figura do Silogismo (de cerca de 200 páginas) e Das Artes do Belo: Essência e Fim (de cerca de 500 páginas), além de outros  se Deus quiser e para sua maior glória.
Observação 2. A segunda edição (revista) da Suma Gramatical da Língua Portuguesa (É Realizações, formato 16 x 23 cm, 608 pp.) sairá em fevereiro próximo. 

Visão de Daniel sobre o tempo final


“Cresceu até alcançar os astros do céu, do qual fez cair por terra diversas estrelas e as calcou aos pés. Cresceu até o chefe desse exército de astros, cujo holocausto perpétuo aboliu e cujo santuário destruiu. Por causa da infidelidade, além do holocausto perpétuo foi-lhe entregue um exército! A verdade foi lançada à terra. O pequeno chifre teve êxito em sua empreitada. Ouvi um santo que falava, a quem outro santo respondeu: quanto tempo durará o anunciado pela visão a respeito do holocausto perpétuo, da infidelidade destruidora, e do abandono do santuário e do exército calcado aos pés? Respondeu: duas mil e trezentas noites e manhãs. Depois disso o santuário será restabelecido. Ora, enquanto eu contemplava essa visão e procurava o significado, vi, de pé diante de mim, um ser em forma humana, e ouvi uma voz humana vinda do meio do Ulai: Gabriel, gritava, explica-lhe a visão. Dirigiu-se então em direção ao lugar onde eu me achava. À sua aproximação, fiquei apavorado e caí com a face contra a terra. Filho do homem, disse-me ele, compreende bem que essa visão figura o tempo final” (Daniel VIII, 10-17).

segunda-feira, 16 de janeiro de 2017

A civilização será cristã – ou não será perfeita civilização


São Pio X


“A Igreja, com pregar a Cristo crucificado, escândalo e loucura aos olhos do mundo (1 Cor. 1, 23), tornou-se a primeira instituidora e fautora da [perfeita] civilização, cujos bens se derramaram, por onde quer que a pregação dos Apóstolos se tenha feito ouvir, conservando e apurando os elementos bons as antigas civilizações pagãs, arrancando à barbárie e adestrando à vida civil as novas gentes, que rejuvenesciam amparadas ao seio maternal, imprimindo em toda a sociedade, se bem que a passos lentos, mas com traços seguros e sempre progressivos, aquele caráter tão realçado que retém [retinha] até o dia de hoje. A civilização do mundo é a civilização cristã [não judaico-cristã], tanto mais verdadeira, duradoura, provida de frutos preciosos quanto mais lidimamente cristã for; tanto mais decaindo, com dano imenso do bem-estar da sociedade, quanto mais se subtrair à ideia cristã. Tanto é assim, que a força intrínseca das coisas constitui, de fato, a Igreja guardiã e paladina da civilização cristã; fato este reconhecido e aclamado por outros séculos da História” (Enc. “Il fermo proposito”, 11-6-1905, A.S.S. vol. 37, p. 746).   

“Questão Disputada sobre as Criaturas Espirituais”: mais um livro de Santo Tomás traduzido


Carlos Nougué

“O ser em ato de todas as coisas é causado pelo ato primeiro e perfeito simpliciter, que tem em si a plenitude da perfeição”, diz uma vez mais Santo Tomás de Aquino, agora na Questão Disputada sobre as Criaturas Espirituais. É um dos pontos centrais da doutrina tomista, que, porém, infelizmente, ainda que involuntariamente, é obscurecido por boa parte dos tomistas, sobretudo ao confundir ser e existência ou ainda ser e ente (como o mostro num opúsculo do livro Estudos Tomistas). Pois bem, acabo de terminar a tradução de mais esta obra magna de Tomás de Aquino, e enviá-la-ei hoje mesmo à É Realizações, pela qual se publicará. Nesta tradução, uma vez mais procurei primar pelo lema “seguir a Santo Tomás em espírito e em letra”. Que Deus me tenha ajudado.  

sexta-feira, 13 de janeiro de 2017

El problema de la Misa “Una Cum”



1º SEGÚN LA SANA TEOLOGÍA DE LA PRIMERA, SEGUNDA Y TERCERA ESCOLÁSTICA

Padre Domingo Báñez

El eminente teólogo dominico Domingo Báñez[i], comentando la Suma Teológica del Aquinate (In IIam-IIae, q. 1, a. 10) y retomando la hipótesis de su hermano de orden el cardenal Tommaso de Vio, llamado Cayetano[ii] (De comparatione auctoritatis Papae et Concilii, Roma, Angelicum, 1936, ed. a cargo de Vincent Pollet, cc. 18-19), explica que el Papa, si, por pura hipótesis investigativa, cayese en herejía, seguiría siendo Papa. En efecto, la falta de la gracia santificante lo separaría del Alma de la Iglesia y la falta de fe de Su Cuerpo, pero la jurisdicción visible del Pontífice romano no sería herida ya que ella se refiere al gobierno visible de la Iglesia, que es una sociedad visible y no puede ser privada de la Primera Autoridad visible que la gobierna a causa de la falta en esta última de la gracia o de fe, las cuales son hábitos sobrenaturales invisibles[iii].
Por lo tanto, según Báñez (y Cayetano en la escuela de Santo Tomás[iv]), el Papa hipotéticamente hereje no sería miembro vivo de la Iglesia por falta de la gracia, no haría parte ya del Cuerpo de la Iglesia por error contra la fe, pero sería su Cabeza visible en acto en cuanto al gobierno o a la jurisdicción: “El Papa no es Cabeza de la Iglesia en razón de la santidad o de la fe porque no es por ello que puede gobernar a los miembros de la Iglesia, sino que es Cabeza suya en razón del oficio ministerial, que lo hace apto para dirigir y gobernar la Iglesia mediante el gobierno externo y visible y a través de la jerarquía eclesiástica, que es visible y palpable. Por lo tanto, según el influjo espiritual de la gracia y de la fe, no es miembro de la Iglesia de Cristo, si no las tiene; por el contrario, según el poder de gobernar y dirigir la Iglesia, es su Cabeza visible en acto” (In IIam-IIae, q. 1, a. 10, Venezia, 1587, coll. 194-196)[v].

Charles-René Billuart

Billuart[vi] (1685-1757), en su De Incarnatione (disert. IX, a. II. § 2, objec. 2), retoma la tesis de Báñez y enseña que “la Cabeza gobierna y el miembro recibe la vida de la gracia. Por lo tanto, si el Papa cayese en herejía, mantendría aún la jurisdicción con la cual gobernaría la Iglesia, pero no recibiría ya el influjo de la gracia santificante y de la fe por parte de Cristo, Cabeza invisible de la Iglesia y, por lo tanto, no sería miembro de Cristo y de la Iglesia. Ahora bien, en un cuerpo físico quien no es miembro físico no puede ser cabeza física, pero en un cuerpo moral o en una sociedad la cabeza moral puede subsistir sin ser miembro moral de ella. En efecto, un cuerpo físico sin vida no subsiste y una cabeza física muerta no gobierna el cuerpo físico, mientras que la cabeza moral de una sociedad o cuerpo moral lo gobierna aun sin la vida espiritual o la fe” (cfr. Charles-René Billuart, Cursus theologiae, III pars, Venezia, 1787, pp. 66; II-II pars, Brescia, 1838, pp. 33-34, 123 y 125).

Padre Réginald Garrigou-Lagrange

Recientemente también uno de los mayores teólogos del siglo XX, el padre Réginald Garrigou-Lagrange[vii], en su tratado De Christo Salvatore (Torino, Marietti, 1946, p. 232), comentando a Santo Tomás (S. Th., III, pp. 1-90) y retomando la doctrina de los dos Doctores dominicos contrarreformistas arriba citados, precisa que un Papa hipotéticamente herético oculto permanecería siendo miembro de la Iglesia en potencia, pero no en acto, y mantendría la jurisdicción a través de la cual gobierna visiblemente la Iglesia. El hereje público, por el contrario, no sería ya miembro de la Iglesia ni siquiera en potencia, como enseña Báñez, pero mantendría el gobierno visible de la Iglesia.
Es pacífico, por lo tanto, para la sana y la más alta teología de la primera, segunda y tercera escolástica (Santo Tomás, Cayetano, Báñez y Garrigou-Lagrange) que, admitido y no concedido que el Papa caiga en herejía, mantendría igualmente la jurisdicción y permanecería siendo la Cabeza de la Iglesia, aun cesando de ser miembro de ella.
Si se tratase de una cabeza física, explica el padre Garrigou-Lagrange, esto sería imposible, pero es posible si se trata de una Cabeza moral y además “vice gerens”, o sea, se trata del Vicario visible de Cristo invisible ascendido al Cielo y Cabeza principal de la Iglesia.
La razón de esto es que la cabeza física de un cuerpo no puede influir y mandar a los miembros de su cuerpo si es separada de él físicamente porque no recibe ya la vida del alma separada de la cabeza y del cuerpo (por ejemplo Ticio es decapitado y muere, su alma abandona su cuerpo y su cabeza ya no lo dirige, a través del cerebro, todos los órganos), mientras que una Cabeza moral de una sociedad o de un ente moral (temporal como el Estado o espiritual como la Iglesia) puede ejercitar la jurisdicción sobre el ente moral aunque esté separado de la Iglesia y del influjo vital interno y sobrenatural de Cristo por el error contra la fe o por el pecado[viii]. Esto, aun siendo anormal y excepcional, es posible[ix].

2º EL SEDEVACANTISMO Y LA CUESTIÓN DE LA MISA “UNA CUM”

Una cuestión espinosa

Se resuelve, así, la famosa y espinosa cuestión de la Misa celebrada “una cum Pontifice N.” (Pablo VI-Francisco I). En efecto, como el Papa hipotéticamente hereje no sería miembro de la Iglesia por falta de la gracia, no haría parte del Cuerpo de la Iglesia por error contra la fe, pero sería, sin embargo, Cabeza visible suya en cuanto al gobierno o a la jurisdicción según la mejor teología tomista, desde el Aquinate († 1274), a los teólogos contrarreformistas (siglo XVI) y a Billuart (siglo XVIII) hasta al padre Garrigou-Lagrange († 15 de febrero de 1964). Entonces es del todo lícito citar en el Canon de la Misa al Papa (eventualmente) hereje, que no es miembro de la Iglesia, pero que en cuanto al poder de jurisdicción es su Cabeza, diciendo, como reza el Canon: “In primis, quae tibi offerimus pro Ecclesia tua sancta catholica: quam pacificare, custodire, adunare et regere digneris toto orbe terrarum: una cum famulo tuo Papa nostro N. et Antistite nostro N. / Te ofrecemos estos dones ante todo por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, junto con [una cum] tu servidor el Papa N., con nuestro Obispo N.” Se pide, en efecto, al Señor que pacifique, proteja, congregue en la unidad y gobierne la Iglesia  junto con el Papa y el Obispo del lugar donde se celebra. En pocas palabras, se ora por la Iglesia, por el Papa y por el Obispo nada más y nada menos. Esta es la traducción exacta de las palabras “una cum” del Canon de la Santa Misa[x].
Los sedevacantistas pretenden que ellas signifiquen: “… tu santa Iglesia católica, que es una cosa sola con tu siervo nuestro Papa N.”. Ahora bien, aunque fuera así y se dijese, en el Canon de la Misa, que la Iglesia y el Papa son una cosa sola porque el Papa es su Fundamento y su Cabeza visible, a la luz de cuanto ha sido enseñado por los teólogos arriba citados no habría ningún inconveniente. Por lo tanto, el Papa puede ser nombrado también en el Canon Missae según esta traducción inexacta sin cometer ningún pecado.

Prima Sedes a nemine judicatur

En el caso de un Papa malo, que lleve a la Iglesia hacia una grave crisis de fe y de costumbres, como ninguna autoridad humana es superior al Papa, se puede pedir a Dios que lo convierta o que se lo lleve de esta tierra como enseña Santo Tomás de Aquino: “El mal prelado puede ser corregido por el inferior que recurre al superior denunciándolo, y si no hay un superior [como en el caso del Papa, cuyo superior es sólo Cristo, ndr], recurra a Dios para que lo corrija o se lo lleve de la faz de la tierra” (IV Sent., dist. 19, q. 2, a. 2, qcl. 3, ad 2). En ningún caso se puede juzgar al Papa [con un veredicto jurídico, se entiende] y deponerlo del Papado: “Prima Sedes a nemine judicatur”. El Concilio Vaticano I (IV sesión, 18 de julio de 1870, Constitución dogmática Pastor aeternus) definió dogmáticamente el principio de la injudiciabilidad del Papa por toda autoridad humana o eclesiástica[xi]. El CIC de 1917, en el canon 1556, retomando la definición dogmática del Vaticano I, estableció el principio: “Prima Sedes a nemine judicatur”, retomado también tal cual por el CIC de 1983, canon 1404.
Por lo tanto, en el Canon de la Misa es lícito pedir a Dios que ayude a la Iglesia junto con el Papa y el Obispo del lugar (una cum Papa nostro N. et Antsistite nostro N.) y que, si no hay otro remedio, se lo lleve de la faz de la tierra a “nuestro Papa Francisco” y lo acoja en el seno de su Misericordia. Se tenga en cuenta, sin embargo, que desear la condenación de cualquier persona es pecado mortal.

3º. CONCLUSIÓN 

No hay pecado alguno en nombrar en el Canon Missae el nombre del Papa considerado, pero no demostrado, decaído del Pontificado porque, admitido y no concedido que no sea miembro de la Iglesia por eventual indignidad o herejía, sigue siendo su Cabeza y su fundamento visible en cuanto a su gobierno. Es lícito también asistir a la Misa “una cum” sin cometer pecado mortal.
Un bautizado manchado por una vida inmoral o por falta de fe, si es elegido canónicamente Papa, no es miembro vivo o no es en absoluto miembro de la Iglesia, pero sigue siendo su Cabeza (aunque indigna) en cuanto al poder de jurisdicción. Por lo tanto, la gobierna visiblemente y debe nombrársele en el Canon de la Misa sin por esto mancharse de pecado y manchar a la Iglesia, que es Santa en cuanto a su naturaleza (Cuerpo Místico de Cristo), a su fin (el Cielo), a su origen (Cristo) y a sus medios (Sacramentos, Magisterio infalible y Leyes), pero está compuesta por divina voluntad por miembros santos y pecadores. El Papa, como miembro, puede ser un pecador incluso contra la fe, hipotéticamente podría ser considerado “hereje”, pero sólo de manera puramente investigativa o dubitativa, como cuando Santo Tomás de Aquino se pregunta en forma ficticiamente dubitativa: “An Deus sit / Si Dios existe” (S. Th., I, q. 2, a. 3). Sin embargo, en ambos casos seguiría siendo Cabeza visible (aunque indigna) de la Iglesia en cuanto a Su gobierno.
Privar hoy, en este mundo contemporáneo literalmente convertido en “infernal”, a los fieles de la Misa tradicional porque es celebrada nombrando en el Canon el nombre del Papa elegido canónicamente y reinante pública aunque malamente, es un juego perverso que expone a la mayor parte de los fieles al riesgo próximo de no poder vivir habitualmente en estado de gracia, privándolos de todos los Sacramentos administrados “una cum”.
Es lícito para los fieles ir a toda Misa tradicional (celebrada también no “una cum”) porque es el Ministro que responde a Dios de sus decisiones, mientras que el fiel debe sólo responder de si ha observado el 3º Mandamiento: “Santificarás las fiestas”.
No olvidemos nunca la enseñanza del Angélico según la cual “Dios no abandona jamás a su Iglesia hasta el punto de no poder encontrar suficientes ministros para las necesidades del pueblo” (S. Th., Suppl., q. 36, a. 4, ad 1). Ahora bien, si los únicos Sacramentos lícitos fueran los administrados sin el “una cum”, los ministros católicos serían totalmente insuficientes para las necesidades del pueblo y la Iglesia no sería ya “católica”, o sea, esparcida por todo el mundo, sería una iglesilla ni siquiera nacional, sino incluso regional.

Petrus

(Traducido por Marianus el Eremita)

[i]      Nacido en Valladolid el 29 de febrero de 1528 y muerto en Medina del Campo el 21 de octubre de 1604. Discípulo de Domingo Soto y de Melchor Cano en la Universidad de Salamanca, escribió allí profundos comentarios a la Suma Teológica del Aquinate y enseñó durante muchos años obteniendo fama de profundo intérprete de Santo Tomás de Aquino († 1274), el máximo Doctor de la primera Escolástica y el Doctor Común u Oficial de la Iglesia universal. El nombre de Báñez está vinculado indeleblemente a la célebre controversia sobre el concurso divino, sobre la pre-moción física, sobre la gracia eficaz y sobre la predestinación al Cielo ante praevisa merita sostenida por él y por su Orden en  los años 1582-1588 contra Luis Molina (Cuenca 1536 – Madrid 1600) y los Jesuitas. Fue hombre de vida austera y de profunda piedad y durante varios años confesor de Santa Teresa de Avila y del emperador Felipe II. Cfr. U. Viglino, voz Bañez, en Enciclopedia Cattolica; C. Giacon, La seconda scolastica, Milano, Bocca, 1946, vol. II.
[ii]     Teólogo, cardenal y Maestro general de los Dominicos, nacido en Gaeta el 2 de febrero de 1468, muerto en Roma el 10 de octubre de 1533, descansa en la Basílica de Santa María sopra Minerva junto a Ferrarensis (Ferrara 1474 – Rennes 1528) o Francesco de’ Silvestri da Ferrara, el gran comentador de la Suma contra Gentiles de Tomás de Aquino. Tomás de Vio fue un trabajador infatigable y escribió numerosísimas obras de filosofía, teología y de exégesis, pero su fama más perdurable permanece vinculada al clásico comentario de la Summa Theologiae de Santo Tomás de Aquino, compuesto de 1507 a 1520, cuya mayor edición es la Leonina en 13 volúmenes, iniciada en 1882 por voluntad de León XIII. Cfr. U. Degli Innocenti, voz De Vio Tommaso, en Enciclopedia Cattolica; C. Giacon, La seconda scolastica, Milano, Bocca, 1946, vol. II.
[iii]    “Sea cual sea la forma de gobierno, lo que importa ante todo es que haya un gobierno, de otro modo una sociedad no permanece en pie. Por lo tanto, la existencia de un gobierno está justificada por el orden intrínseco que establece y conserva las relaciones entre los hombres, los cuales deben vivir y viven de hecho en sociedad. Ahora bien, el gobierno de una sociedad compleja, como es la sociedad civil o el Estado nacional [y con mayor motivo la sociedad espiritual universal que es la Iglesia, ndr], debe ser fuerte, esto es, capaz de someter y dirigir toda la actividad de las familias y de los demás organismos que pueden desarrollarse dentro de dicha sociedad· (F. Roberti – P. Palazzini, Dizionario di Teologia Morale, Roma, Studium, IV ed., 1968, vol. I, p. 753, voz “Governo”).
[iv]    III Sent., d. 25, q. 1, a. 2, ad 5; S. Th., II-II, q. 14, a. 2, arg. 4; II-II, q. 1, a. 10; II-II, q. 10, a. 5, ad 3; II-II, q. 1, a. 7, arg. 2; II-II, q. 2, a. 6, ad 3; II-II, q. 1, a. 9, sed contra.
[v]     Es interesante resaltar que Domingo Báñez (In IIam-IIae, q. 1, a. 10, Venezia, 1587, col. 196), tratando este problema, hace una analogía entre el Rey y el Papa, entre el Estado y la Iglesia, analogía negada por algunos que declaran al Papa decaído del Papado.
[vi]    Nacido en Revin en Ardena el 8 de enero de 1685 y muerto allí el 20 de enero de 1757. Su obra principal es la Summa Sancti Thomae hodiernis Academiarum moribus accomodata (19 voll., Lieja, 1746-51), que continuó con el Supplementum cursus Theologiae (Lieja, póstumo 1759). El mismo Billuart hizo un compendio de las dos obras titulado Summa Summae Sancti Thomae sive compendium Theologiae (6 voll. Lieja, 1754). Defendió la doctrina tomista y bañeciana sobre la premoción física, la predestinación y la gracia eficaz. Fue el teólogo más estimado de su tiempo y especialmente en el siglo XIX. También en nuestros días su Summa es uno de los manuales más consultados por su absoluta fidelidad al tomismo, la claridad de su exposición y la precisión de su lenguaje. Cfr. P. Mandonnet, voz Billuart, en D. Th. C., vol. II, coll. 890-892.
[vii]   Nacido en Auch (Francia) en 1877 y muerto en Roma en la Clínica San Domenico en la plaza Sassari el 15 de febrero de 1964. En 1909 inició la enseñanza de la teología dogmática en la Pontificia Universidad de los Dominicos, llamada Angelicum, en Roma y la continuó hasta 1960. “En la primera mitad del siglo XX y sobre todo durante el pontificado de Pío XII fue el teólogo más escuchado por la Curia romana. Preciso, claro, metódico y profundo, supo poner al servicio de la teología mejor que nadie la filosofía neotomista” (B. Mondin, Dizionario enciclopedico di filosofia, teologia e morale, Milano, Massimo, II ed., 1994, p. 362). Garrigou-Lagrange “fue el teólogo católico más eminente e influyente de la primera mitad del siglo XX, aquel que tras la crisis modernista supo mejor que nadie realizar una sólida síntesis entre el dato revelado y el realismo filosófico de Santo Tomás. El edificio que construyó con el instrumento de la filosofía tomista es de enorme alcance; es admirable también, además de por su grandiosidad, por la solidez de todas sus partes. Es el edificio clásico de la teología clásica post-tridentina” (B. Mondin, Dizionario dei Teologi, Bologna, ESD, 1992, p. 255). Cfr. I. Colosio, Il padre Maestro Reginaldo Garrigou-Lagrange, l’uomo di studio, en “Rivista di ascetica e mistica”, 1965, pp. 52-68.
[viii] Juan Hus (1369-1415) consideraba, como los Donatistas, que los sacerdotes privados de la gracia santificante no confieren válidamente los Sacramentos (DS, 1208). El extendía este principio también al poder que respecta al gobierno o a la jurisdicción de la Iglesia. En pocas palabras, según Hus, un Papa que no sigue a San Pedro en las buenas costumbres y en la confesión de la fe no es Papa, sucesor de Pedro, sino que es vicario de Judas Iscariote (DS, 1212-1213); si el Papa es malo o infiel, entonces, igual que Judas, es un demonio, un ladrón, destinado a la ruina eterna, y no Cabeza de una Santa Iglesia Militante, no siendo ni siquiera miembro de esta (DS, 1220). Según Hus esto vale para todos los Cardenales y los Obispos y también para los titulares de los poderes civiles: “nadie es pública autoridad civil desde el momento en que está en estado de pecado mortal” (DS, 1230). Cfr. G. Perini, I Sacramenti, Bologna, ESD, 1999, II vol., Battesimo, Confermazione, Eucarestia, pp. 87-88; A. M. Lanz, voz Hus, en Enciclopedia Cattolica.
[ix]    No es absoluta o metafísicamente posible aun por milagro sólo lo que repugna (por ejemplo que un triángulo, permaneciendo como tal, tenga cuatro ángulos); es físicamente posible por milagro que un peso dejado en el vacío no caiga a tierra si Dios suspende las leyes naturales; sólo de manera excepcional y anormal, por el contrario, es moralmente posible que una madre odie y mate a su hijo yendo monstruosamente contra la inclinación natural.
[x]     Véase G. Campanini – G. Carboni, Vocabolario Latino-Italiano, Italiano-Latino, Torino, Paravia, 1961, VI ed., p. 158, voz “Cum”: “preposizione con l’ablativo indicante compagnia. […]. Una cum, insieme /  preposición de ablativo que indica compañía. […]. Una cum, junto con”.
[xi]    “Enseñamos y declaramos que, según el derecho divino del Primado papal, el Romano Pontífice es el juez supremo de todos los fieles[…]. Por el contrario, nadie podrá juzgar un pronunciamiento de la Sede Apostólica, autoridad mayor de la cual no existe. Por lo tanto, quien afirma que es lícito apelar contra las sentencias de los Romanos Pontífices al Concilio ecuménico, como a una autoridad superior al Sumo Pontífice, está lejos del recto camino de la verdad” (DS, 3063-3064).

quinta-feira, 12 de janeiro de 2017

2017: novos livros de Carlos Nougué


C. N.

Minha produção tomista faz dezesseis anos. Foram anos de estudo intenso, e de superação não só de um longo passado de ateísmo, mas de um tomismo defeituoso, aprendido de tomismos defeituosos. Foi como uma bênção do céu eu ter podido conhecer a obra do Padre Álvaro Calderón. É ele quem primeiro fez o tomismo voltar ao leito original, contra sete séculos de crescentes desvios. Pois bem, o Padre não só se dedica agora à escrita de sua monumental obra de Física (que creio terá oito tomos), mas já escreveu, exotérica ou esotericamente (ou seja, para seus alunos seminaristas), impressionante quantidade de outras obras: de introdução à filosofia tomista (Umbrales de la Filosofía), de Lógica (exposições ou comentários esotéricos da Isagoge, das Categorias, do Peri hermeneias, dos Analíticos Posteriores, dos Elencos Sofísticos), de Teologia Sagrada (A Candeia Debaixo do Alqueire, Prometeo o la religión del hombre) – e esperemos que nos venha a brindar um dia com seu tratado de Metafísica. Ora, como se pode ver, dois dos livros que eu lançaria este ano (“Comentário à Isagoge” e “Comentário às Categorias”) tornaram-se redundantes, e por isso já não os lançarei. O pouco que eu teria que acrescentar ao escrito pelo Padre Calderón posso fazê-lo em outros lugares, como já o fiz, aliás, em “As duas primeiras operações do intelecto: uma crítica a Maritain e a outros tomistas”, texto saído no livro Estudos Tomistas – Opúsculos. É bem verdade que, ao que parece, o Padre não publicará (ao menos proximamente) suas obras esotéricas. Isto porém já está fora de meu alcance.
Pois bem, considerando o dito – e literalmente se Deus quiser –, deverei ter publicados ou reeditados em 2017 os seguintes livros.
I. Novos livros:
1. Estudos Tomistas – Opúsculos II (cerca de 600 páginas; já concluído; ainda sem editora).
2. Comentário aos “Analíticos Anteriores” (de Aristóteles) (por concluir; ainda sem editora). Empreendo-o porque nem Santo Tomás nem o Padre Calderón o fizeram.
3. Das Artes do Belo: Essência e Fim (cerca de 800 páginas; já concluído; ainda sem editora).
4. “Do necessário retorno à Física Geral aristotélico-tomista” (cerca de 1oo páginas; em fase de revisão). Trata-se de estudo introdutório à minha tradução do Comentário à “Física” de Aristóteles, de Santo Tomás de Aquino (É Realizações).   
II. Segunda edição:
1. Suma Gramatical da Língua Portuguesa (608 páginas; É Realizações). Tive a grata surpresa, com efeito, de que meu primeiro livro publicado tivesse vendido em um ano e três meses a tiragem de cinco mil exemplares. A segunda edição, sem nenhuma alteração de fundo nem de paginação, terá porém correções pontuais, e deve lançar-se prontamente.
2. Estudos Tomistas – Opúsculos (Edições Santo Tomás). A segunda edição, sem nenhuma alteração de fundo nem de paginação, terá porém correções pontuais.

AMDG

terça-feira, 10 de janeiro de 2017

Ludwig von Mises contra Jesus Cristo, o Evangelho e a Igreja (Carta aberta a Tom Woods)


Christopher A. Ferrara[1]
Tradução de
Guilherme Ferreira de Araújo

Nota de Antônio Emílio Angueth de Araújo – Caros leitores, este texto destrói toda a estatura intelectual de von Mises. Mostra que ele é, como intelectual, um charlatão. Não porque ele fale mal de Nosso Senhor Jesus Cristo (disso ele já deve ter dado conta ao Altíssimo) e dos apóstolos, mas porque demonstra, na melhor das hipóteses, desconhecer toda a história do cristianismo e de como ele criou a Civilização Ocidental. Suas afirmações no livro Socialismo são grotescas. O texto mostra também a situação lamentável em que se encontra Tom Woods, autor de um livro recentemente publicado pela Quadrante. Mostra o que o liberalismo pode fazer com um ser humano. Veja também Expondo as Perigosas Premissas dos Economistas Liberais.

*  *  *

Caro Tom:

Quando nós escrevemos A Grande Fachada, em 2002, eu era um dos defensores mais ardentes do seu trabalho. Na verdade, via você como um importante elemento para o futuro do movimento “tradicionalista” nos Estados Unidos. Eu não previa sua dissidência pública da doutrina social da Igreja, em benefício da “Escola austríaca” de Economia – radicalmente laissez faire –, cujas pretensões vão muito além da economia até uma abrangente “filosofia da liberdade” que não pode ser ajustada ao ensinamento do Magistério a respeito dos deveres dos homens e das sociedades com respeito a Cristo e Sua Igreja, ou até mesmo aos deveres dos homens uns com os outros no nível da justiça natural. Também não previa que se tornaria um “professor residente” do Instituto Ludwig Von Mises, um grupo libertário radical dedicado ao pensamento de von Mises e seu discípulo “anarco-capitalista”, Murray Rothbard, ambos liberais agnósticos que rejeitaram completamente o papel da Igreja e do Evangelho na constituição da ordem social.
Sua dissidência da doutrina social produziu, da parte de respeitáveis comentadores católicos, uma multidão de artigos contra você, como os que podem ser encontrados aqui, aqui, aqui, aqui, aqui e aqui, sendo o último uma série recém publicada em cinco partes na revista Chronicles sob o título “É Tomas Woods um dissidente?”. Até o momento, pelas minhas contas, não menos de doze estudiosos católicos denunciaram sua dissidência do ensinamento do Magistério com relação a princípios básicos tais como salário justo, primazia moral do trabalho sobre o capital, pecado da usura e da extorsão pelos preços, imoralidade do dito “direito absoluto” à propriedade privada e a necessidade de um governo guiado pela lei divina e natural, para o governo dos homens decaídos. (Recentemente você até começou a promover a fantasia “anarco-capitalista” da abolição de todos os governos e da criação de uma “sociedade sem estado.”)
O ponto central de A Grande Fachada era que os católicos “tradicionalistas” não dissentem da doutrina Católica enquanto tal, mas antes apenas exercitam seu direito a prescindir de certas novidades litúrgicas e pastorais desconhecidas na Igreja antes da década de 1960 e nunca impostas aos fiéis como obrigações comprometedoras da nossa religião. Por exemplo, a proclamação histórica do papa Bento XVI de que a Missa tradicional em latim “nunca foi ab-rogada” e de que “em princípio foi sempre permitida” demonstrou a verdade da reivindicação básica do livro. Mas lá estava você, Tom, nos meses seguintes à publicação de nosso livro, declarando sua dissensão do ensinamento a respeito da fé e da moral claramente enunciado como obrigatório por numerosos papas que ensinaram sobre a justiça no mercado e a reta ordenação do Estado.
E visto que foi o livro mesmo do qual fomos co-autores, juntamente com o seu mandato no The Remnant e no periódico The Latin Mass, que lhe deram proeminência como um tradicionalista em primeiro lugar, você dificilmente poderia esperar que seus ex-colegas permanecessem em silêncio à medida que você continuava sua torrente de pronunciamentos contra o ensinamento papal, incluindo o comentário descarado de que a “tentativa dos papas de elevar princípios como os de ‘salário justo’ ao nível de doutrina obrigatória é algo completamente diferente, e na verdade está carregada de erros” – não uma afirmação esporádica, mas algo que você repetiu mais tarde em publicação, no seu muito criticado A Igreja e o Mercado (p. 79). Você não reconhece a completa audácia que há em um recém-convertido pretender dar conferências a católicos de berço a respeito dos “erros” dos ensinamentos da Igreja afirmados por papa após papa durante séculos?
Ora, uma coisa, Tom, é você expressar sua opinião – sua errante opinião – de que ao se pronunciarem em matéria de economia e justiça social os papas excederam o que você considera serem os limites de sua competência, ainda que os próprios papas, respondendo a dissidentes como você, tenham insistido em seu direito e dever de se pronunciar precisamente a respeito desses assuntos. Mas é algo completamente diferente alegar, como você o faz, que você está exercitando legítima liberdade na Igreja – não, você não está – e, muito pior, engajar-se numa campanha para persuadir católicos de que aquilo que seu instituto prega – uma forma de liberalismo social e econômico condenada por uma extensa linhagem de papas (cf. a encíclica Ubi Arcano Dei, de Pio XI, n.61) – é “perfeitamente compatível” com o Catolicismo Romano tradicional. Essa propaganda encontrou até mesmo o caminho na direção de um promissor – sob outros aspectos – novo periódico, “O Tradicionalista”, cujo número inaugural incluiu um anúncio de página inteira em homenagem a von Mises, cuja dogmática visão de mundo anti-cristã está evidente nas citações mostradas abaixo.
Num artigo que mencionava as circunstâncias de nossa discussão por causa de sua dissensão da doutrina social e de sua cooperação pós-Grande Fachada com o Southern Poverty Law Center e sua caça às bruxas aos católicos tradicionalistas (incluindo eu mesmo), eu aludi a algumas das opiniões ultrajantes de Rothbard, que defende não apenas o aborto legalizado, a prostituição, o uso de drogas, o suborno e a extorsão, mas também o direito legal de matar de fome crianças não desejadas, em favor do qual ele argumentou num livro que seu Instituto vende para o mundo como um “clássico da liberdade”. E você, Tom, escreveu em louvor ao mesmo livro sem mencionar suas afirmações morais depravadas, declarando apenas que “Rothbard descreve as implicações filosóficas da idéia de propriedade de si mesmo” – uma idéia que está em conflito com o próprio fato de ser o homem uma criatura de Deus. Você também nunca mencionou o repetido elogio de Rothbard ao que o conjunto do trabalho dele aclama como sendo “a subversão da Antiga Ordem... por meio de uma ação libertária em massa que estourou em grandes revoluções do Ocidente tais como a Americana e a Francesa, realizando as glórias da Revolução Industrial e os avanços da liberdade...”
Por essa razão, Tom, eu nunca vi você criticar o ataque de Rothbard ao “integrismo” católico – sim, ele usou exatamente aquela palavra, aquele perfeito insulto aos católicos romanos tradicionais em decorrência do qual você e eu escrevemos A Grande Fachada para atacar. Lembra-se? Naquele artigo em particular, Rothbard imperiosamente depreciou “o ódio da Igreja ao liberalismo em geral, do qual ela deriva seu ataque ao liberalismo econômico...” No mesmo artigo, seu mentor descreveu o marco que foi a encíclica social Quadragesimo anno, de Pio XI, como virulentamente anti-capitalista e, para dizer a verdade, pró-fascista. “Essa tendência fascista é revelada pelos rumos do catolicismo europeu no período entre guerras...” Seu mentor chamou o papa Pio XI de fascista, Tom. Mas então, você também amontoou críticas à Quadragesimo – baseando-se em seu estudo informal de economia, um campo no qual você não possui nenhum título ou outra credencial reconhecida. (Na verdade, antes de você ter-se incorporado ao Instituto você ensinou história numa faculdade pública.)
Aqui eu desejo chamar a atenção dos católicos para as concepções igualmente Cristofóbicas e anti-católicas de von Mises, recentemente expostas num debate online em angelqueen.org, num tópico chamado “Desmascarando a Escola Austríaca”. Essas idéias aparecem no livro Socialismo, de von Mises, o qual seu Instituto vende como uma “obra-prima” que apresenta “uma crítica de todo o aparato intelectual que acompanha o pensamento socialista, incluindo as doutrinas religiosas implícitas por trás do pensamento socialista ocidental...”
Nas treze citações abaixo, do capítulo 29 de Socialismo, von Mises ataca Cristo, os Evangelhos e a Igreja como sendo inimigos da liberdade e da sociedade e instigadores do socialismo e da escravidão, chama o Cristianismo de “religião do ódio”, e declara que a Igreja tem de se reformar cingindo-se ao liberalismo e ao capitalismo. Todas as citações aparecem online aqui, que é onde o católico que deu origem ao tópico em angelqueen.org (alguém com o pseudônimo de GordonG) as encontrou.
Tom, uma vez que você rejeitou todos os pedidos privados relativos à sua campanha para fazer avançar o libertarianismo radical dentro da Igreja e particularmente entre os tradicionalistas, nós que uma vez promovemos seu trabalho nos sentimos obrigados a protestar publicamente contra o que você está fazendo e a exigir que você se retifique pela confusão que está causando.
Porque você tem um dever perante Deus – como um membro da Igreja confirmado (se bem que um membro um tanto novo) – de denunciar e repudiar categoricamente as seguintes citações do livro de von Mises, e de romper seus laços com o Instituto que promove sua (e de Rothbard) ideologia da “liberdade” anti-católica, Cristofóbica e, de fato, imoral.
Ademais, é tempo de parar de fingir, como você tem feito por anos, que a controvérsia que suas próprias palavras e ações têm provocado entre os fiéis seja um debate sobre “economia” ou coisas particulares tais como a sabedoria das leis do salário mínimo. Você se associou a uma organização cujas visões a respeito do homem, da sociedade e da liberdade humana são inimigas da lei do Evangelho. Você deve escolher entre o Magistério e o Instituto Ludwig von Mises, e nenhuma quantidade de sofismas pode esconder a realidade daquela escolha.
Como seu ex-colaborador e colega, e como alguém que admira seus talentos e sabe o que eles poderiam trazer para uma defesa da doutrina social da Igreja em lugar de seus aparentes ataques incessantes contra ela, eu espero que você tome esta carta não como uma provocação, mas como um convite a reconsiderar o caminho que você escolheu, a dar a volta e a se reunir aos seus irmãos na fé.

Atenciosamente,
Christopher A. Ferrara

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LUDWIG VON MISES
CONTRA CRISTO, O EVANGELHO E A IGREJA

Do capítulo 29 de Socialismo (http://mises.org/books/socialism/part4_ch29.aspx )

1. A pregação de Jesus de um Reino vindouro destrói todos os laços sociais:
A expectativa da reorganização por parte do próprio Deus quando chegou o tempo, e a transferência exclusiva de toda ação e pensamento para o futuro reino de Deus tornou o ensinamento de Jesus Cristo completamente negativo. Ele rejeita tudo quanto existe, sem oferecer nada para repô-lo. Ele chega a dissolver todos os laços sociais existentes...
2. Jesus é como os bolcheviques:
... Seu zelo pela destruição dos laços sociais não conhece limites. A força motriz por trás da pureza e do poder de tal completa negação é uma inspiração extática e uma esperança entusiástica de um novo mundo. Daí seu ataque apaixonado a tudo quanto existe. Tudo pode ser destruído porque Deus, em Sua onipotência, vai reconstruir a futura ordem. É desnecessário examinar se alguma coisa pode ser reaproveitada na passagem da velha para a nova ordem, porque essa nova ordem erguer-se-á sem auxílio humano. Ela não demanda de seus partidários, portanto, nenhum sistema ético, nenhuma conduta particular em qualquer direção positiva. Fé, e apenas fé, esperança, expectativa – isso é tudo o que é necessário. Ele [o homem] não precisa contribuir em nada para a reconstrução do futuro, Deus Ele mesmo o sustentou. O mais claro paralelo moderno à atitude do cristianismo primitivo de completa negação é o bolchevismo. Os bolcheviques, igualmente, desejam destruir tudo quanto existe porque eles o consideram algo desesperadamente mau. Mas eles têm em mente planos – por mais indefinidos e contraditórios que eles possam ser – para uma futura ordem social. Eles exigem não apenas que seus seguidores devem destruir tudo quanto exista, mas também que eles adotem uma linha de conduta definida, que conduz em direção ao Reino futuro com o qual eles sonharam. O ensinamento de Jesus a esse respeito, por outro lado, é somente negação.
3. Jesus despreza os ricos, incitando o mundo à violência contra eles e suas propriedades; e Seu ensinamento espalhou “semente maligna”:
Naturalmente, uma coisa está clara e nenhuma interpretação habilidosa pode ocultar isso. As palavras de Jesus estão cheias de rancor contra os ricos, e os Apóstolos não são menos brandos a respeito disso. O Homem Rico é condenado porque ele é rico, o Mendigo é louvado porque ele é pobre. A única razão por que Jesus não declara guerra contra os ricos e não aconselha vingança contra eles é que Deus disse: “A vingança é minha”.
No Reino de Deus os pobres serão ricos, mas os ricos estarão envoltos em sofrimento. Revisores tardios tentaram abrandar as palavras de Cristo contra os ricos, das quais a versão mais completa e vigorosa é encontrada no Evangelho de Lucas, mas resta um bocado suficiente para apoiar aqueles que encorajam o mundo a sentir ódio, a se vingar a assassinar e a queimar os ricos. Até a época do Socialismo moderno nenhum movimento contra a propriedade privada que se originou no mundo cristão falhou em buscar autoridade em Cristo, nos Apóstolos, e nos Padres Cristãos, para não mencionar aqueles que, como Tolstoi, fizeram do ressentimento evangélico contra os ricos o próprio coração e alma de seu ensinamento.
Este é um caso no qual as palavras do Redentor espalharam semente maligna. Mais dano tem sido causado e mais sangue tem sido derramado por conta delas do que pela perseguição aos heréticos e queima das bruxas. Elas sempre tornaram a Igreja indefesa contra todos os movimentos que almejam destruir a sociedade humana...
4. A Igreja, e não o liberalismo Iluminista, abriu caminho para o Socialismo:
…Seria estúpido sustentar que o Iluminismo, ao arruinar gradativamente o sentimento religioso das massas, abriu caminho para o Socialismo. Ao contrário, foi a resistência que a Igreja ofereceu à disseminação das ideais liberais que preparou o solo para o rancor destrutivo do pensamento socialista moderno. A Igreja não apenas não fez nada para extinguir o fogo, mas ela até mesmo tocou fogo na brasa...
5. A doutrina cristã destrói a sociedade, proíbe a preocupação com o sustento e o trabalho, prega o ódio à família e até mesmo endossa a castração:
... É por isso que a doutrina cristã, uma vez separada do contexto no qual Cristo a pregou – expectativa do iminente Reino de Deus –, pode ser extremamente destrutiva. Nunca e em lugar algum um sistema de ética social que abraça a cooperação social poderá ser construído a partir de uma doutrina que proíbe qualquer preocupação com o sustento e o trabalho, enquanto expressa um feroz ressentimento em relação aos ricos, prega o ódio à família e defende a castração voluntária.
6 O Evangelho não desempenhou nenhum papel na construção da civilização ocidental:.
As façanhas culturais da Igreja durante seus séculos de desenvolvimento são [fruto] do trabalho da Igreja, e não do cristianismo. É uma questão aberta quanto desse trabalho se deve à civilização herdada do estado romano e quanto se deve ao conceito de amor cristão, completamente transformado sob a influência dos estóicos e de outros filósofos antigos. A ética social de Jesus não tem papel algum neste desenvolvimento cultural. A realização da Igreja, neste caso, foi torná-las inofensivas, mas sempre por um período limitado de tempo...
7. Porque ela se opõe ao liberalismo, a Igreja é uma inimiga da sociedade:
O destino da civilização está em jogo. Porque não é como se a resistência da Igreja às idéias liberais fosse inofensiva. A Igreja é um poder tão poderoso que sua aversão às forças que trazem a sociedade à existência seria suficiente para quebrar em pedaços toda a nossa cultura. Nas últimas décadas nós testemunhamos com horror sua terrível transformação em um inimigo da sociedade. Pois a Igreja, tanto a Católica quanto a Protestante, não é o menor dos fatores responsáveis pela prevalência de ideais destrutivos no mundo hoje...
8. O liberalismo é superior ao cristianismo e tem restaurado a humanidade por meio da destruição da Igreja, motivo pelo qual a Igreja o odeia:
Historicamente é fácil entender a aversão que a Igreja tem mostrado pela liberdade econômica e pelo liberalismo político sob qualquer forma. O liberalismo é a flor daquele iluminismo racional que desferiu o sopro da morte no regime da antiga Igreja e do qual brotou a crítica histórica moderna. Foi o liberalismo que solapou o poder das classes que por séculos estiveram intimamente ligadas à Igreja. Ele transformou o mundo mais que o cristianismo sempre o fez. Ele devolveu a humanidade ao mundo e à vida. Ele despertou as forças que sacudiram as fundações do tradicionalismo inerte sobre o qual Igreja cria estar repousada. A nova perspectiva provocou na Igreja um enorme mal-estar, e ela ainda não se ajustou até mesmo às camadas mais exteriores da época moderna.
9. O cristianismo se tornou uma religião do ódio, buscando destruir o “admirável novo mundo” do liberalismo:
De fato, os padres em países católicos borrifam água benta sobre estradas de ferro recentemente construídas e em dínamos de novas usinas, mas o cristão confesso ainda estremece intimamente diante dos trabalhos de uma civilização que sua fé não consegue compreender. A Igreja ressentiu-se fortemente da modernidade e do espírito moderno. Que surpresa, então, que ela tenha se aliado àqueles cujo ressentimento levou-os a desejar a dissolução deste admirável novo mundo, e que tenha explorado seu arsenal bem estocado como meio para denunciar o esforço terreno pelo trabalho e pela riqueza. A religião que chama a si mesma religião do amor tornou-se uma religião do ódio, em um mundo que parecia estar preparado para a felicidade. Quaisquer pretendentes a destruidores da ordem social moderna poderiam fiar-se no cristianismo como um líder.
10. Porque eles seguem o Evangelho e porque não foram “vacinados” com a filosofia liberal, sacerdotes e monges são inimigos da sociedade:
Sacerdotes e monges que praticaram a verdadeira caridade cristã, que ministraram e ensinaram em hospitais e em prisões e que sabiam tudo o que havia para saber a respeito da humanidade sofredora e pecadora – esses foram os primeiros a serem enganados pelo novo evangelho da destruição social. Apenas uma firme compreensão da filosofia liberal poderia tê-los vacinado contra o infeccioso ressentimento que se assolou entre os seus protegidos e que foi justificado pelos Evangelhos. Por assim dizer, eles se tornaram perigosos inimigos da sociedade. Do trabalho de caridade brotou o ódio à sociedade.
11. A Igreja e o papado buscam escravizar os homens destituindo-os da razão e da liberdade espiritual do capitalismo:
A Igreja sabe que ela não pode vencer, a menos que possa vedar a fonte da qual seu oponente continua extraindo inspiração. Desde que o racionalismo e a liberdade espiritual do indivíduo sejam mantidos na vida econômica, a Igreja jamais terá êxito em agrilhoar o pensamento e em tomar conta do intelecto na direção desejada. Para fazer isso, primeiro ela teria de obter a supremacia sobre toda atividade humana. Por conseguinte, ela não pode se contentar com o viver como uma Igreja livre em um estado livre [o próprio slogan de Cavour, o grande inimigo maçônico da Igreja e do beato Pio IX – CAF]; ela deve procurar dominar aquele estado. Ambos o papado de Roma e as igrejas protestantes nacionais lutam pela soberania, já que ela as permitiria ordenar todas as coisas temporais de acordo com seus ideais. A Igreja não pode tolerar outro poder espiritual. Todo poder espiritual independente é uma ameaça a ela, uma ameaça que aumenta em força à medida que a racionalização da vida progride.
12. O cristianismo necessita do socialismo a fim de manter a teocracia contra a ameaça da “produção independente”:
Ora, a produção independente não tolera qualquer autoridade espiritual suprema. Em nosso tempo, o poder sobre a mente só pode ser obtido por meio do controle da produção. Todas as Igrejas já estão indistintamente atentas a isso há tempos, mas para elas isso se tornou claro pela primeira vez quando a idéia socialista, surgindo de uma fonte independente, fez-se sentir como uma força poderosa e rapidamente crescente. Então, tornou-se claro para as Igrejas que a teocracia só é possível numa comunidade socialista.
13. A Igreja deve se transformar cingindo-se antes ao capitalismo do que ao ensinamento papal tal como o de Pio XI:
Se a Igreja de Roma quiser encontrar uma solução para a crise para qual o nacionalismo a levou, então ela deve ser inteiramente transformada. Pode ser que essa transformação e essa reforma a levem à aceitação incondicional da indispensabilidade da propriedade privada dos meios de produção. Até o presente ela está longe disso, como testemunha a recente encíclica Quadragesimo anno.

Fonte: angueth.blogspot.com.br/2010/03/ludwig-von-mises-contra-jesus-cristo-o.html.